A tomar en cuenta

"Defender la alegría como una trinchera, defenderla del escándalo y la rutina, de la miseria y los miserables, de las ausencias transitorias y las definitivas"

Mario Benedetti
(Poeta y escritor uruguayo)

lunes, 27 de diciembre de 2010

Sintiendo sus pasos cercanos, corrió a esconderse y sonriendo y en voz baja pronunció su nombre "Fulano"; él reconoció la vocecita y el corazón le dió un salto de gozo que lo hizo sonreir. Hizo como si no hubiera escuchado su nombre, se dirigió a la mesa de centro de la sala y dejó sobre ella una hoja de cuaderno doblada; Mengana lo siguió con intriga y  volvió a llamarlo bajito "Fuulanooo".

Él con una palmada empezo en voz alta a decir "¿Quién puede con tu genio Mengana? que aunque te escondas eres descubierta, no sé si por tu brillo o por tu encanto, o quizás ambas; sal Mengana que quiero verte, sal que abrazarte es renovar la vida de esta vida que es tuya, que te pertenece".

Mengana salió de un salto y con una risita se burló de las palabras tan endulzadas que le habia dedicado su Fulano; él la cogió por la cintura y le retribuyó la sonrisa con un beso que ella bebió con ardor.

"Sabes que te extraño" -dijo Fulano- "Lo sé, sino ya sabes lo que te pasaría", dijo ella mientras paseaba por la sala y recogia la hoja abandonada.

Lo leyó con ansias y mirando a Fulano, posó una mano en la cintura; él la miró con deseo, y casi como pidiendo un deseo le dijo "Ven".


Ricev

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